Los mayas crearon un avanzado sistema de escritura, que ha sido descifrado poco a poco en las décadas recientes. La escritura era utilizada para registrar las hazañas guerreras de los gobernantes, para anotar la cuenta del tiempo y también con propósitos religiosos.

El movimiento de los cuerpos celestes y la medición del tiempo interesaban muchísimo a los mayas. Organizaron un calendario sumamente preciso, que utilizaban no sólo para medir el tiempo, sino también para predecir las fechas que según sus creencias serían propicias o desdichadas para los hombres.

Una fuente importante de riqueza fue el comercio. En Teotihuacán se fabricaba cerámica muy apreciada y había muchísimos talleres que producían instrumentos cortantes de obsidiana, que obtenían en los yacimientos de la región.

Los Mayas no eran una cultura urbana "verdadera"; los centros urbanos fueron utilizados casi enteramente como centros religiosos para la población rural que los rodeaba.

Practicaban los sacrificios rituales, siendo especialmente recordados aquellos producto del juego de la pelota.

En general, se usa el término azteca para nombrar tanto a los aztecas como a los mexicas. Se trata de una denominación geográfica pues ambas culturas estaban ubicadas en el territorio conquistado por Hernán Cortés. La escultura fue una de sus habilidades, elaborando piezas de todos los tamaños en las que plasmaban temas relacionados con la religión o la naturaleza. Las de mayor tamaño solían dedicarse a la representación de dioses y reyes; en tanto las pequeñas representaban animales y cosas comunes. En esta labor, la piedra y la madera fueron los materiales empleados, a veces adornados con pinturas y piedras preciosas. Por otro lado, en lo que respecta a la agricultura, los principales cultivos fueron el maíz, el tabaco, los chiles, las frutas y el maguey.

Los aztecas hablaban una lengua llamada náhuatl, y su escritura mezclaba pictogramas, ideogramas y signos fonéticos. Según ellos, el mundo fue creado y destruido cuatro veces. Luego fue creado por los dioses por quinta vez, quienes hicieron la tierra y la separaron del cielo. Después el dios Quetzalcóatl creó los hombres y las plantas que los alimentan. La astronomía era una de las ciencias de más tradición para los aztecas. Gracias a sus observaciones determinaron con gran precisión las revoluciones del sol, de la luna, de venus, y, tal vez, de Marte; agruparon las estrellas en constelaciones (que no coinciden con las nuestras); conocieron la existencia de los cometas; la frecuencia de los eclipses de sol y de luna; y pudieron crear un complejo calendario.

Como la astronomía, también la medicina alcanzó gran desarrollo. Con su conocimiento de la naturaleza distinguieron propiedades curativas en diversos minerales y plantas. Los sacrificios humanos religiosos (que incluían la extracción del corazón y el desmembramiento del cuerpo) favorecieron un buen conocimiento de anatomía. Sabían curar fracturas y mordeduras de serpientes. Posiblemente hubo "odontólogos" encargados de realizar deformaciones dentales. Aunque la medicina era practicada por hombres y mujeres, parece ser que sólo las mujeres podrían encargarse de ayudar en los partos. La medicina estuvo muy ligada a la magia, pero el hecho de no atribuir la causa científicamente correcta a cada enfermedad no significó que no se aplicase el remedio conveniente.

La economía inca no conoció ni la moneda ni el mercado, por lo tanto los intercambios y la fuerza laboral se obtenían a través de lazos de parentesco o por reciprocidad. Entre parientes existía un intercambio de energía constante, pero también se daba trabajo para la autoridad, conocido como mita. Sus fuentes abastecimiento fueron: la pesca (en las zonas costeras), la ganadería (no muy fuerte pues solo contaban con llamas y alpacas), la agricultura (principal labor, con cultivos de papa, camote, ají, maíz, algodón, tomate, quinua y coca, entre otros.

En su religión (politeísta), destacaron dioses como Viracocha, Pachacáma, Pachamama, el Sol y la Luna. En lo respectivo al arte, dejaron un amplio legado en el que se cuentan obra de arquitectura, orfebrería, metalurgia, cerámica y escultura; además, por supuesto, del desarrollo musical y literario.

Además de la maravillosa construcción de Machu Picchu, la antigua ciudad inca, uno de los rasgos más distintivos de esta cultura es el quipu: registro numérico basado en cuerdas y nudos, con el cual llevaban la cuenta, por ejemplo, de horas trabajadas y que representa, quizás, uno de los mayores logros de la cultura por el gran orden administrativo que le permitió alcanzar.